La provocación en la publicidad

La provocación es un recurso cada vez más utilizado por los publicistas, pero a su vez es uno de los más peligrosos por decirlo de alguna manera. Utilizándolo sabes que vas a ser adorado por algunos y odiado por otros, llevando al extremo ambas expresiones. Habrá gente a la que medio gustes y gente a la que medio no. Pero ese es el tema clave con el que abrimos otro melón, ¿es buena la publicidad mala?

Claro que sí, todo tipo de publicidad es buena. De hecho la gente tiende a recordar más en el tiempo lo negativo o lo que no le ha gustado, que el hecho contrario. Si comparásemos el porcentaje de gente que después de una comida agradable en un restaurante deja una buena reseña, con el porcentaje que dice “qué mal nos han atendido, lo voy a poner en Google” veríamos muy clara la diferencia. La cuestión de esto es que sepas como gestionar y reconducir esa mala publicidad a tu favor. Y no hay más.

Volviendo al tema de la provocación. Es un recurso que lleva años utilizándose, uno de los ejemplos más claros fue el anuncio que Kh7 lanzó en 2011, el cual parecía más la intro de una película subidita de tono que la promoción de un desengrasante en spray. Pero ahí está la cosa, estamos terminando el 2023 y seguro que tienes claro de qué anuncio estamos hablando, ya sea porque te pareció increíble y novedoso o si flipaste al ver algo así en pleno prime time de la televisión.

Estamos acostumbrados a que los anuncios nos cuenten los beneficios de un producto o por qué necesitas un servicio. Se simplifica mucho porque se centra el objetivo del anuncio en la pura necesidad de venta del producto o servicio en vez de tratar de crear recuerdo en la memoria de la audiencia y que al establecerse en esta se genere una necesidad, ya sea de tenerlo, consumirlo o comunicarlo. La provocación es muy útil a la hora de tener una promoción automática y gratuita por parte de los receptores de la misma. Van a hablar de ti, con el vecino, con el amigo, con la prima, en Twitter… Ya sea para criticarlo o para alabarlo, pero eso da igual, porque van a hablar y te están dando la publicidad más poderosa de todas, el boca a boca.

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